martes, 11 de octubre de 2011


Una noche en el mirador.

Debilidad por esos ojos color miel, por esa piel tan suave como una mota de algodón, esa sonrisa tan inocente con aires de grandeza, debilidad por ese perfume que no a todo el mundo le queda bien, pero a él le queda perfecto como si lo hubiesen creado a su medida; a su PH.

Y me gustaban esos días donde se viste con su mejor “pinta”, esos jeans que no dejan mucho a la imaginación con pequeñas aberturas en grandes partes, camisa que deja ver sus grandes brazos y su abdomen tan tieso, me mira con esos ojos tan profundos con dudas y esperando tantas respuestas de mis labios, siempre se sienta al lado derecho de mi escritorio ya es como ley que ese puesto nadie más lo ocupe aunque jamás nos hemos dirigido más de 10 palabras en cada clase, su timidez mi mayor vicio, aunque me encanta cuando me ve con esos ojos de cazador buscando presa y me rio por dentro y mira que muchas veces vi crecer su paquete ante mis ojos aunque el pesara que no me percatado de ello..

Y llego su día y hasta mi día en la casa de M, todos sentados hablando de lo mismo y de los/as mismo/as y llego èl con su sonrisa y con esa mirada de radar buscándome aunque él pensó que M no me lo diría como siempre los chismes llegan y yo ya sabía que el iria por mí, aunque muchas de las de allí esperaban que el llegara por ellas en su carruaje, siempre escuchabas a muchas preguntarle porque estaba soltero siendo tan “lindo” y el respondiendo siempre lo mismo estoy esperando la indicada, y llego la hora de bailar y allí estábamos mirándonos aunque yo lo desnudaba con la imaginación y pensaba de que color seria su bóxer si sería su bóxer de la suerte o uno nuevo elegido para la ocasión y con su timidez característica dijo hola Fernanda a lo cual respondí de la misma manera hola C, y así hablamos por ratos de cosas importantes y otras no tanto, su mirada unas veces fijas en mis ojos otras en mis lados y unas cuantas en mis senos, su deseo por tenerme se le salía por los poros de cada milímetro de su piel, y llego la hora de irse y él no se quedo atrás al decir yo te llevo, y así nos fuimos, R,F, y yo, por alguna extraña razón ellos estuvieron primeros en su casa que yo ( y eso que era más fácil llevarme a mi que a ellos), me dijo te llevare a un lugar especial y llego la confesión de su “amor hacia mi” en el mirador de ocumare bajo la luz de la luna y la playa a lo lejos como testigo de sus palabras de sus labios de sus manos frías y temblorosas sobre mi piel caliente y quieta, es allí donde me pregunte si el seguir era lo indicado y mi cuerpo se dejo llevar y sentí como mis manos tocaron su abdomen y lo que se podía ver por la camisa no era nada comparado con tocarlo, y es así cuando hizo la pregunta que haces? Y obtuvo la respuesta, no lo sè solo me dejo llevar, y sentí como me dio la vuelta y sentí mi trasero chocar con lo caliente del capo del auto, y sentí tus manos recorrer mi cuerpo su boca inspeccionando mi cuello mis tetas, su respiración se acelero y se podía sentir su cuerpo temblar sus manos comenzaron a calentarse gracias a mi piel y le quite su camisa y le toque su paquete duro tieso esperando su momento, y sentí como mis senos quedaron al descubierto en esa noche fría pero su boca y su lengua los llenaron de calor y humedad,  su forma de tocarme era única era de una forma como de pertenencia pero al mismo tiempo como si no quisiera romperme, y llego la hora de sentir mis piernas libres y mi vagina descubierta y su cara de placer y su gusto por ella lo demostró al momento de devorarla con sus labios con su lengua con sus manos y su dientes, bebiendo el dulce néctar que ella emanaba para el como una fuente de agua natural, y su gusto se convirtió en placer y su lengua aumento de velocidad y mis manos jugando con su cabello y pegándolo mas de ella al punto de no dejarlo respirar aunque podía sentir el aire caliente salir de su nariz, y sentir como inhalaba su olor, y llego la hora de sentir lo que sus bóxers escondían para mi y sentir como se hizo placer a sentir cada penetrada sentir cada beso con sabor a mi, sentir su lengua jugando con la mia, sus ojos penetrando los mios de la misma forma en que su sexo poseía el mio con ternura pero propiedad, sentir su glande deslizar en mi vagina sentir sus testículos chocar en mis labios, sentir sus manos grandes en mi espalda sentir como mi sexo se rendía ante el ante su cuerpo ante sus penetradas llenas de propiedad y placer, y es así como su respiración se acelero y al mismo ritmo se acelero el, y llegamos al cielo y navegamos en las nubes y la playa se hizo infinita y mis nuestras piernas se llenaron de humedad y así bajamos poco a poco aquel lugar  vimos el sol salir y la hora de irnos y no hablamos en todo el camino y mas nunca del tema y a su pregunta cuando nos volveríamos a ver mis labios le dieron una respuesta : “ Dios da una oportunidad en la vida y tu ya obtuviste la tuya ”…!

Atte: Fernanda Dos Santos.